Como ya comenté hace una semana y pico, el pasado 4 de junio, el capítulo de Barcelona de ISACA, realizó la sesión "La Signatura Electrònica" en la que tuve la suerte de participar como ponente.
En esta entrada continúo comentando las tendencias de mercado allí expuestas.
Éste se mueve entre dos extremos en el modelo de implantación:
- El clásico, basado en certificados en tarjeta criptográfica+lector de tarjeta o en token criptográfico.
- El modelo servicio en cloud con las claves vaya usted a saber dónde, eventualmente en un módulo hardware seguridad (HSM por sus siglas en inglés)
Por otro lado, el segundo modelo es mucho más cómodo y ágil de implantar, pero no ofrece tanta seguridad y su validez legal como prueba es, en general, inferior (en I'm siiiiiiiigning in the cloud ... detallo los pormenores)

Según las regiones, en Catalunya se ha seguido el modelo de CATCert, más flexible y dinámico, con certificados en software, diferentes perfiles y servicio de key escrow, a nivel España, se ha optado por un modelo tipo 1. puro, esto es DNI electrónico, lector te lo pillas donde puedas (o, en algunos momentos, gratis en las comisarías) y PIN y middleware infernales.
A nivel Europeo hay diversidad de implantaciones e interpretaciones de la Directiva 1999/93/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 13 de diciembre de 1999 por la que se establece un marco común para la firma electrónica, habiendo soluciones en HSM, clásicas y propietarias (de nuevo, más detalles en I'm siiiiiiiigning in the cloud ... )
Latinoamérica ha seguido un enfoque legislativo más parecido al europeo que al Norteamericano, lo que ha facilitado junto con los lazos culturales, que empresas españolas pudieran exportar sus servicios, productos y conocimientos allende los mares.
En EE. UU., como comentaba en Un puente de firma electrónica entre continentes, parece que las soluciones pivotan entorno a dos opciones: captura de firma manuscrita para el sector privado, presencial o firma electrónica basada en PKI para las agencias federales. No aburriré comentando de nuevo lo mismo que en la entrada referida.
El futuro
El futuro de la firma electrónica pasa, desde mi punto de vista, por dos cuestiones: la primera, ya comentada, la firma "centralizada", matizando que el acceso a la misma o la activación de las claves para firmar pueda realizarse desde el móvil.
La segunda, por rebajar el nivel de firma necesario para los trámites a realizar con la administración pública. Tenemos que pasar, no sólo a nivel español, a que la inmensa mayoría de los trámites puedan realizarse con firma electrónica avanzada (FA), requiriendo la firma electrónica reconocida (FR) para unos pocos trámites con una carga legal realmente pesada y la firma electrónica, digamos, "ordinaria" (FO), para meras consultas de muy bajo impacto (aquí, las definiciones de FR, FA y FO.)
Por otro lado, no debemos caer en la trampa del "análisis de riesgos" para todo. No empecemos a definir, niveles, subniveles y metaniveles y otros tantos mecanismos de firma y autenticación.
Y sobre la "Guía para la Auditoría de Sistemas que hayan implantado y usen la firma electrónica", hablaremos en una tercera y final entrada, esperando que se haya publicado. Así, pues ...
... continuará ...
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